Buscando en Internet información más técnica sobre el aguamiel encontré datos que, a mi juicio no coinciden en nada con el aguamiel que de niña yo conocí, así que mejor paso a contarles mi propia vivencia:
El agua miel se obtiene de los magueyes mezcaleros, este es un punto de partida muy importante, pues encontré muchas recetas para preparar agua miel, sin embargo, el verdadero se obtiene de manera natural.
Los magueyes tardan alrededor de 12 años en comenzar a producir esta savia dulce llamada aguamiel. Su extracción es una tradición muy antigua en México y se conoce como tlachique.
Para obtener aguamiel la parte central del maguey se remueve antes de que brote la flor y se hace un hueco en forma de vasija que se deja reposar. La savia, que debía alimentar el tallo floral, comienza a brotar lentamente y el tlachiquero la recolecta en las mañanas y en las tardes por varios meses.
Corría el año del conejo, allá por 1340, cuando Papantzin, que atravesaba un magueyal por la zona semidesértica del territorio nahuatl, al norte de la gran Tenochtitlan, descubrió un líquido que escurría sobre el terreno. Se detuvo para observar de dónde provenía y descubrió que, de entre las pencas de uno de los magueyes, salía huyendo a toda velocidad un quimichi o netoro, al acercarse más observó de inmediato que aquel ratoncito de monte había hecho un agujero en el moyolotl o corazón de aquel maguey, en cuyo fondo había un líquido transparente que al probarlo resultó ser muy dulce y agradable, era el neutli o aguamiel del maguey.
Con un cuchillo filoso que siempre portaba al cinto, Papantzin trozó las pencas del maguey para abrirse paso, recogió el jugo y lo llevó a su casa. Al darlo a probar a su mujer y a sus hijos pudo comprobar que a ellos también les gustaba y fue así como Papantzin comenzó a explotar los magueyes y a utilizar el aguamiel como alimento de su familia.
Con el paso de los días, Papantzin descubrió que, en una de las ollas de piedra donde guardaba celoso aquel líquido, el aguamiel se había transformado en una especie de atole blanco y espumoso que hacía un zumbido peculiar. Tomó un jarro de barro, lo metió a la olla y extrajo un tanto de él. Al tomarlo, Papantzin quedó asombrado pues el sabor y el olor se habían convertido en algo completamente diferente al neutli que consumían cotidianamente, mucho más agradable y un aroma especial que además, quien lo tomaba, entraba en un estado muy alegre y divertido, lo llamó Octli o pulque como lo conocemos actualmente.
Aguamiel