Me han encontrado unas tumoraciones en la matriz. El ginecólogo ha dicho que aún y cuando parece un tumor benigno no está tan cierto de ello, pues tiene un tamaño muy grande y una coloración algo rara.
Me practico los estudios de rigor, primer diagnóstico: MALIGNOS. Lloro a mares, pero solo por dentro, me avergüenza que quienes están a mi lado me vean llorar. Tengo un miedo que me entume hasta la médula. Mi madre murió de cáncer y ahora pasaré yo por lo mismo. Me detengo. Tiemblo. Lloro, grito. En ese momento mi querida amiga me toca el brazo y pregunta porque estoy estática, muda, inmóvil. Le muestro el resultado y pide una nueva cita. Nueva revisión, nuevos estudios: TODO FUE UN ERROR, (los tumores aunque de gran tamaño, son benignos) VUELVO A RESPIRAR.
Y vuelvo a respirar
Otro día despierta,
Uno más soñando
Tengo entre mis manos todo un universo
Soy poseedora de una nueva oportunidad
Y la veo, y la acarició, y la disfruto
Y lo único que se viene a mi cabeza es aquella frase
Desde niña escuchaba:
“Hoy te doy a elegir entre la vida y la muerte, entre el bien y el mal.”
Y elijo vivir, y es mi decisión seguir viva
Y vuelvo a respirar
A llenar mis pulmones de este aire
Ahora limpio y cálido
Y vuelvo a abrir los ojos y a ver mi hogar con una nueva luz
Y mi piel también despierta y percibe las caricias que me brindan mis pequeños
Y su voz, su risa resuena en mis oídos.
Así debe ser nacer
Hoy he nacido.
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